En un mundo donde la preocupación por el cambio climático está en aumento, es esencial que las empresas desempeñen un papel activo en la protección y conservación de nuestros recursos naturales. En este sentido, Bosques Amazónicos (BAM) se destaca por su compromiso con la investigación y conservación de naturaleza en nuestra Amazonía. En este artículo, exploraremos en detalle el Programa de Ciencia de BAM y cómo está contribuyendo al bienestar de los bosques y sus habitantes.
El programa es liderado por el ingeniero forestal Walter H. Wust, director de BAM, y se desarrolla en convenio con organizaciones científicas de reconocido prestigio nacional e internacional, como el Centro de Ornitología y Biodiversidad (CORBIDI), el Zoológico de San Diego, el Herbario de la Universidad Nacional Agraria La Molina, el Museo de Historia Natural Javier Prado de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y Perú Verde.
Flora y fauna silvestre: monitoreo constante para la conservación
BAM ha asumido la responsabilidad de monitorear de manera constante la salud de los bosques amazónicos. Esto implica llevar a cabo un seguimiento meticuloso de la flora y fauna silvestre, así como las fuentes de agua en áreas clave, como los departamentos de Madre de Dios y Ucayali. Este monitoreo permanente es esencial para comprender la evolución de los ecosistemas y tomar medidas proactivas para su conservación y recuperación.
Herramienta clave para el monitoreo: las cámaras trampa
Las cámaras trampa desempeñan un papel esencial en la investigación y conservación de la vida silvestre en zonas naturales, al proporcionar datos valiosos sobre la presencia de especies de fauna poco comunes y bases para comprender su comportamiento, lo que contribuye a la protección de los ecosistemas.
En el Programa de Ciencia BAM las cámaras trampa se utilizan para una variedad de aspectos, como:
- Investigación de vida silvestre: Las cámaras trampa son herramientas esenciales para estudiar la vida silvestre en su entorno natural. Capturan imágenes y videos de animales de forma discreta y no intrusiva, lo que permite a los científicos y conservacionistas observar el comportamiento, la distribución y la abundancia de especies.
- Monitoreo de especies en peligro: En áreas naturales donde habitan especies en peligro de extinción, las cámaras trampa son cruciales para registrar su presencia y sustentar los esfuerzos de conservación. Estas cámaras pueden confirmar la existencia de especies raras y proporcionar datos valiosos para su protección.
- Estudios de ecología: Las cámaras trampa ayudan a los ecólogos a comprender las interacciones entre las diferentes especies y su relación con el entorno. Esto incluye observar cómo los animales se alimentan, se reproducen y utilizan el hábitat.
- Evaluación de poblaciones: Con el uso de cámaras trampa, es posible estimar la densidad de población de animales en un área específica. Esto es fundamental para la gestión de poblaciones, especialmente en áreas naturales protegidas y áreas de conservación privada.
- Detección de actividad nocturna: Muchos animales son nocturnos y difíciles de observar directamente. Las cámaras trampa pueden equipase con sensores infrarrojos, lo que les permite capturar imágenes de animales durante la noche, proporcionando una visión completa de su actividad.
“Las cámaras trampa revolucionaron el conocimiento sobre la vida silvestre; permitiendo descubrir sus secretos sin alterar a las especies, nos regalan imágenes sorprendentes y elementos claves para la conservación de criaturas vitales para el ecosistema pero que son raramente vistas por el ser humano.” – comenta Walter Wust, director y líder del Programa de Ciencia BAM
Descubriendo, entendiendo y protegiendo la biodiversidad
El objetivo principal del Programa de Ciencia de BAM es descubrir, entender y proteger la rica biodiversidad de las áreas bajo su custodia. Esto incluye tanto predios privados como áreas gestionadas por concesionarios castañeros y forestales. La investigación llevada a cabo por BAM tiene un enfoque multifacético, que abarca desde la evaluación del estado de conservación hasta la identificación de especies en peligro.
Se puede dividir las actividades que se realizan en la zona en tres objetivos fundamentales, todos realizados con el fin de proteger los ecosistemas de nuestros ámbitos de influencia:
1.Evaluar el estado de conservación: El programa comienza evaluando el estado de conservación de los bosques en predios privados y concesiones. Esto proporciona una imagen clara de la salud de estos ecosistemas. A través de inventarios de biodiversidad, se identifican especies en peligro o amenazadas, lo que permite tomar medidas inmediatas para su protección.
2. Identificación de nuevas especies: La investigación de BAM también ha llevado al descubrimiento de nuevas especies para la ciencia. Esto destaca la importancia crítica de estas investigaciones y subraya la necesidad de continuar documentando y estudiando la biodiversidad de los bosques amazónicos. Como parte del Programa, se realiza una caracterización ecológica de todas las comunidades naturales de la propiedades; bosques primarios, secundarios, bajiales, zonas intervenidas). Esto permitirá precisar los estudios realizados en la zona para mejorar nuestras prácticas de conservación y procesos sostenibles.
3. Restauración, conservación y aprovechamiento: Se restaura, dentro de las posibilidades, los ambientes naturales más valiosos del entorno con el objetivo de facilitar el retorno de la fauna silvestre y alentar procesos naturales como polinización, restablecimiento del equilibrio de los ecosistemas, ecoturismo, y más. Esto ayuda a determinar cómo se pueden utilizar de manera sostenible los recursos de los bosques. Además, se mejora el tratamiento de los recursos de los castañeros y concesionarios forestales, lo que beneficia tanto a la naturaleza como a las comunidades locales.
El papel vital de la comunidad local
Una de las piedras angulares del programa es la participación activa de las comunidades locales en la protección y el uso sostenible de los bosques. Walter H. Wust, señala que involucrar a la población local es fundamental para fortalecer la vigilancia y garantizar que estos valiosos recursos sean utilizados de manera sostenible.
“Las poblaciones locales saben mejor que nadie que la conservación de la naturaleza no es un lujo sino una necesidad. La adecuada gestión de los bosques debe permitir a la naturaleza brindar sus servicios ecosistémicos y, sobre todo, mejorar la calidad de vida de sus habitantes.” – menciona Walter Wust, director y líder del Programa de Ciencia BAM
Colaboración con organizaciones de prestigio
Es importante resaltar que, el compromiso de BAM va más allá de sus propias operaciones. Colabora estrechamente con organizaciones de renombre, como el CORBIDI, el Museo de Historia Natural de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, el Herbario de la Universidad Nacional Agraria – La Molina y el Zoológico de San Diego. Esta colaboración fortalece aún más los esfuerzos de conservación.
Conciencia global sobre la biodiversidad amazónica
En última instancia, BAM espera que su trabajo genere una mayor conciencia a nivel nacional e internacional sobre la importancia de la biodiversidad en los bosques amazónicos. Estos ecosistemas no solo son vitales para el equilibrio ambiental, sino que también son un recurso fundamental para las generaciones futuras.
En resumen, el enfoque integral de BAM, la participación activa de las comunidades locales y la colaboración con organizaciones científicas de reconocido prestigio son aspectos fundamentales que conducen el Programa de Ciencia hacia una nueva dimesión. Al contribuir al conocimiento y la protección de estos ecosistemas, BAM desempeña un papel esencial en la conservación de los ecosistemas amazónicos y la mejora en la calidad de vida de las poblaciones que los habitan.
Más sobre BAM
En las áreas protegidas bajo nuestro proyecto de conservación REDD+ El Último Hábitat en Campo Verde, Ucyali, se protegen más de 20,000 hectáreas de bosques y su extraordinaria biodiversidad. Además, dentro de estas áreas se descubrió una nueva especie para la ciencia “Scinax pyronguinis”, también conocida como la “rana ingles de fuego”.
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