Los negocios de BAM están íntimamente relacionados al desarrollo del sector ambiental y maderero internacional, así como al establecimiento de políticas gubernamentales e interinstitucionales que buscan combatir la crisis ambiental a nivel global. En ese sentido, detallamos el análisis de las dinámicas externas que vienen impactando el curso de los negocios de BAM.
Cambio climático y la importancia de desarrollar soluciones basadas en la naturaleza para combatir la crisis ambiental
“El cambio climático es real y las actividades humanas, principalmente la liberación de gases contaminantes por la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas), es la causa principal.” – Quinto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).
Esta emergencia real corresponde a todas las personas en el mundo (ANCUR, 2021) y sus efectos perceptibles afectan cada vez más a una mayor población, poniendo en peligro a toda la sociedad y nuestros recursos. Hoy en día, 30% de la población mundial está expuesta a olas de calor mortales más de 20 días al año (PNUMA, 2021, Hoja de hechos). Según data de la Unión Europea, entre los meses de junio y agosto 2023, experimentamos el verano más caluroso de la historia, alcanzando una temperatura media mundial de 16,77 grados Celsius (62,19 Fahrenheit), según Copérnico, 0,66 grados Celsius por encima del promedio de 1990 a 2020, superando el récord anterior, establecido en agosto de 2019, en casi 0,3 grados Celsius. (CNN, 2023); siendo una señal más de la urgencia climática en la que vivimos.
La naturaleza puede aportar hasta un tercio de la reducción de emisiones que necesitamos para 2030 a fin de mitigar los peores efectos del cambio climático. (The Nature Conservancy, 2023).
Seguimos muy lejos de alcanzar el objetivo delimitar el calentamiento mundial a muy por debajo de 2, preferiblemente a 1,5 °C, en comparación con los niveles preindustriales acordado en el artículo 4 del Acuerdo de París y reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) un 43% hasta 2030 y un 60% hasta 2035 en relación con los niveles de 2019 (Pacto Mundial, 2023). Para cumplirlo, debemos reducir anualmente 7,6% las emisiones globales entre el 2020 y 2030 (EGR, 2019).
Cumbre climática: la COP 28 y el inicio del fin de los combustibles fósiles
«La escala de descarbonización necesaria para 2030 es insuperable a menos que trabajemos juntos urgentemente para doblar la curva de emisiones». – Børge Brende, presidente del Foro Económico Mundial en una carta abierta a los líderes mundiales en la COP28. (The Nature Conservacy, 2023).
Se estima que para el 2030 el costo de los daños y pérdidas por el cambio climático alcance los 400,000 millones de dólares (De Justicia, 2024). En línea con ello, uno de los principales acuerdos de la COP28 llevada a cabo en Dubai fue implementar un “Fondo de pérdidas y daños” gestionado por el Banco Mundial durante 4 años, donde los países más ricos, quienes a su vez generan un mayor impacto ambiental, se comprometieron a brindar ayuda económica a los países que más sufren los efectos del cambio climático, dentro de los cuales está presente el Perú. Durante 2024, los líderes definirán los funcionamientos específicos de dicho fondo como la contribución de cada uno de ellos, el pago, cobro y plazo establecidos (The Nature Conservacy, 2023). Asimismo, un centenar de países fijaron la meta de triplicar la producción de energías renovables para 2030 (BBC, 2023).
Dinamismo en el mercado de carbono y proyección de la demanda global
Luego del crecimiento del mercado voluntario de carbono (VCM) registrado en 2022, la coyuntura macroeconómica mundial, acompañada de los ajustes metodológicos que vienen realizando los estándares con miras a robustecer el mercado, decantaron en una ralentización de la toma de decisiones del mercado en 2023, generando un impacto en los precios de las reducciones de emisiones certificadas o Verified Carbon Units (VCUs) a lo largo del año.
No obstante, actualmente está surgiendo una nueva ola de inversiones en el mercado de carbono, lo que incentiva la originación de más de mil nuevos proyectos de reducción de carbono, desde la protección de los bosques hasta la captura y el almacenamiento de carbono, generando un flujo creciente de créditos de carbono que las empresas podrán utilizar en sus esfuerzos de descarbonización(MSCI, 2023).
Un importante estudio de Trove Research (2023) reveló que en los últimos dos años y medio se han obtenido más de 18,000 millones de dólares de capital de inversión en fondos de créditos de carbono. Más del 80% de este financiamiento se destina a proyectos basados en la naturaleza, como la forestación/reforestación (ARR), y la reducción de las emisiones derivadas de la deforestación y la degradación de los bosques (REDD+). Asimismo, el análisis reveló que, desde 2020, se han desarrollado más de 1,500 nuevos proyectos de créditos de carbono que podrían ahorrar hasta 300 millones de toneladas de CO₂ anuales (aproximadamente lo mismo que las emisiones anuales del Reino Unido) representando un aumento de alrededor del 160% en la tasa de registro en comparación con el período 2012-2020 (MSCI, 2023).
Por otro lado, un estudio del mercado voluntario de carbono realizado por Ecosystem Marketplace (2023) demostró que las empresas que utilizan cantidades importantes de créditos de carbono se están descarbonizando en promedio dos veces más rápido que las empresas que no utilizan créditos de carbono (MSCI, 2023), demostrando que el mercado incentiva una reducción real de dichas emisiones.
“El mercado voluntario de carbono tiene el potencial de invertir miles de millones de dólares en soluciones climáticas durante la próxima década.” (Everland, 2023) (Harvard Business Review, 2023).
Un informe sobre el “Uso de créditos de carbono para cumplir con los objetivos corporativos climáticos” de MSCI (2023) estima que si se permite a las empresas utilizar créditos de carbono para cubrir el 50% de su brecha total de emisiones (Alcance 1, 2 y 3), alrededor de 1,000 empresas más estarían estableciendo objetivos climáticos ambiciosos que representan unos 10 billones de dólares en capital de mercado.
Según Morgan Stanley, a pesar de la complejidad del mercado de carbono, está previsto que este se multiplique x 50 en una sola década, pasando de casi 2,000 millones de dólares en 2022 a casi 100,000 millones en 2030, y hasta 250,000 millones en 2050 (Harvard Business Review, 2023). Estas inversiones representan un futuro optimista para el mercado y una mayor inversión en proyectos que generen beneficios ambientales y sociales, directos e indirectos, específicamente en la Amazonía.
A pesar de la coyuntura del 2023, el mercado de carbono se mostró notablemente resistente y existe data que lo respalda. Uno de los últimos estudios de MSCI Carbon Markets demuestra que en 2023 se produjo un aumento del 14% en el retiro de los créditos de carbono provenientes de soluciones basadas en la naturaleza en comparación al 2022, alcanzando hasta las 75 mil toneladas de retiros. Esta cifra representa un gran avance en el mercado y las buenas oportunidades de inversión en proyectos de alto impacto y alta integridad para alcanzar las metas requeridas. En la última década ha quedado claro que los riesgos medioambientales, sociales y de gobernanza son riesgos financieros (ESG and Financial Performance by MSCI, 2023) y debemos tomar acción al respecto.
Proyectos de alta integridad y transparencia
Cada vez existe una mayor exigencia del comprador por adquirir créditos de carbono de alta integridad e impacto, buscando que su compensación sea más transparente y rastreable. Por ello, durante 2023 se popularizaron y promovieron los estándares de integridad existentes, específicamente el Integrity Council for the Voluntary Carbon Market (ICVCM) y el Voluntary Carbon Market Integrity Iniciative (VCMI). Alinearse a sus principios básicos se ha convertido en una demanda, buscando asegurar que el mercado contribuya eficientemente a cumplir con las metas establecidas en el Acuerdo de París. Asimismo, surge una mayor valoración por los proyectos que se alinean a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas de manera tangible.
Conoce más sobre cómo desde BAM aportamos a mitigar los efectos del cambio climático y contribuimos al desarrollo sostenible de nuestra sociedad aquí.
Escrito por: Valeria Drinot